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Traducido por José M. Hernández Lagunes
La situación: Las lesiones de Nick Fortes y Rob Brantly han dejado a los Marlins con solo a Liam Hicks, seleccionado usando la Regla 5, como receptor. Afortunadamente cuentan con uno de los mejores prospectos del béisbol en la receptoría, Agustín Ramírez, esperando su turno.
Antecedentes: Ramírez fue firmado por los Yankees con un bono de $400,000 en julio de 2018. Como prospecto adolescente de receptor, su progreso fue desigual y, por supuesto, perdió un año entero de acción en 2020. Ramírez no jugó una temporada completa hasta 2023, pero esa fue la campaña de despegue para el receptor de 21 años. Llegó hasta Doble-A, registrando un OPS de .819 en el camino con buenas métricas de calidad de contacto y otras medidas subyacentes. ¿Era realmente un receptor? Quizás no (más sobre eso a continuación), pero su bate lucía lo suficientemente como para impulsar un movimiento en el espectro defensivo. Ocupó el séptimo lugar en el listado de los Yankees esa temporada invernal, y recibió una que otra consideración para el Top-101, aunque terminó bastante abajo en la lista final. Ramírez arrasó en su regreso a Somerset, conectando 16 cuadrangulares en 58 juegos antes de ascender a Triple-A. Sin embargo, solo estuvo en Scranton un mes, antes de ser traspasado a los Marlins como la pieza clave del paquete de Jazz Chisholm en la fecha límite. Terminó el año con un OPS cercano a .850 y 25 cuadrangulares entre sus tres paradas, ocupando el segundo lugar en la lista de los Marlins y el puesto 55 en general al comenzar esta temporada.
Reporte de los visores: Ramírez es un gran generador de daño con el tolete, y es capaz de batear con fuerza sin sacrificar demasiado el contacto. Empieza un poco encorvado y agachado, con el bate apostado a la espalda, listo para desplegarse. Utiliza un ligero levantamiento de piernas para transferir el peso de la parte inferior del cuerpo y simplemente lo suelta. Es un swing violento y tipo tornado, que imagino que requiere bastante fuerza en el torso para desatarlo. Pero lo que se obtiene es una velocidad de bate furiosa, velocidades de salida altas que son plus, casi plus-plus, y suficiente capacidad de contacto para evitar la etiqueta de jugar a los Tres Resultados Verdaderos. Ramírez ha sido un poco más agresivo en una pequeña muestra en 2025, intercambiando algo de contacto por algunos elevados de más. Puede que sea solo ruido, pero vale la pena seguirlo de cerca mientras da el salto a las Grandes Ligas. Ramírez claramente se convertirá en receptor de los Marlines—no ha jugado en ningún otro lugar del campo desde que fue traspasado de los Yankees—pero la defensa no es el punto fuerte de su perfil. Es un receptor aceptable, pero ha tenido problemas para controlar el juego terrestre a lo largo de su carrera profesional, a pesar de tener un brazo facialmente fuerte. Todas estas habilidades se pueden enseñar, por supuesto, pero como predije en su anuncio de pretemporada como prospecto, el bate estaba listo antes que el guante.
Futuro inmediato en las Grandes Ligas: Al igual que con Luke Keaschall, no sabremos realmente su futuro en las Grandes Ligas a largo plazo hasta que haya más claridad sobre la situación de las lesiones de los receptores de Miami. Espero que Ramírez juegue mientras esté activo, con una buena cantidad de repeticiones como bateador designado en sus días libres detrás del plato. Creo firmemente en el bate, y no hay señales de alerta en su perfil ofensivo, pero mejorar su capacidad de destacar será un reto, como lo es para cualquier bateador recién llegado a las Grandes Ligas. Si se mantiene, esperamos algo como la versión sana de Tyler Stephenson.—Jeffrey Paternostro
Impacto en equipos de fantasía: Debo admitir que, para el béisbol de fantasía, el perfil de Ramírez es sumamente atractivo, ya que los receptores con más de 20 cuadrangulares y más de 20 bases robadas son escasos, y su rendimiento en 2024 (25 cuadrangulares, 22 bases robadas) se alinea con este grupo de élite. Sus números en 2025 (3 cuadrangulares, 5 bases robadas en 18 juegos) sugieren continuidad, aunque su promedio de bateo (.254) y su tasa de ponches (23.8%) son preocupantes considerando el posible ajuste que ocurrirá en el béisbol de alto nivel. Si consigue turnos al bate regulares, ya sea detrás del plato, como bateador designado o una combinación de ambos, las proyecciones sugieren que podría estar entre los 10 mejores receptores de fantasía durante su mejor momento.
Estoy totalmente de acuerdo con esta opinión y creo que puede ser un jugador con promedio de .245, 15 cuadrangulares y 15 bases robadas el resto de la temporada, con ese mínimo. ¡Señores, selecciónenlo!—Carlos Marcano
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